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Coros famosos de las óperas de Verdi

En contraste con la tradición temprana del bel canto, que enfatizaba las arias solistas, Verdi dio a la música coral un lugar importante en su obra operística. Creó un drama musical en el que los destinos de los héroes no se desarrollaban en el vacío escénico, sino que se entretejían en la vida de las personas y eran un reflejo del momento histórico.

Muchos coros de las óperas de Verdi muestran la unidad del pueblo bajo el yugo de los invasores, lo cual fue muy importante para los contemporáneos del compositor que lucharon por la independencia italiana. Muchos conjuntos corales escritos por el gran Verdi se convirtieron más tarde en canciones populares.

Ópera “Nabucco”: coro “Va', pensiero”

En el tercer acto de la ópera histórico-heroica, que le dio a Verdi su primer éxito, los judíos cautivos esperan con tristeza su ejecución en el cautiverio babilónico. No tienen dónde esperar la salvación, porque la princesa babilónica Abigail, que se apoderó del trono de su loco padre Nabucco, dio la orden de destruir a todos los judíos y a su media hermana Fenena, que se convirtió al judaísmo. Los cautivos recuerdan su patria perdida, la hermosa Jerusalén, y le piden a Dios que les dé fuerzas. El creciente poder de la melodía convierte la oración casi en un llamado de batalla y no deja dudas de que el pueblo, unido por el espíritu de amor a la libertad, soportará estoicamente todas las pruebas.

Según la trama de la ópera, Jehová realiza un milagro y restaura la mente del arrepentido Nabucco, pero para los contemporáneos de Verdi, que no esperaban misericordia de poderes superiores, este coro se convirtió en un himno en la lucha de liberación de los italianos contra los austriacos. Los patriotas estaban tan imbuidos de la pasión por la música de Verdi que lo apodaron "Maestro de la Revolución Italiana".

Verdi: "Nabucco": "Va' pensiero" - Con ovaciones- Riccardo Muti

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Ópera “La fuerza del destino”: coro “Rataplan, rataplan, della gloria”

La tercera escena del tercer acto de la ópera está dedicada a la vida cotidiana del campamento militar español en Velletri. Verdi, dejando brevemente las pasiones románticas de la nobleza, pinta magistralmente cuadros de la vida de las personas: aquí hay soldados rudos detenidos, y el astuto gitano Preziosilla, prediciendo el destino, y los cantineros coqueteando con los jóvenes soldados, y los mendigos pidiendo limosna, y el caricaturizó al monje Fra Melitone, reprochando a un soldado su libertinaje y pidiendo arrepentimiento antes de la batalla.

Al final del cuadro, todos los personajes, con el acompañamiento de un solo tambor, se unen en una escena coral, en la que Preziosilla es el solista. Esta es quizás la música coral más alegre de las óperas de Verdi, pero si lo piensas bien, para muchos soldados que van a la batalla, esta canción será la última.

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Ópera “Macbeth”: coro “Che faceste? Dite su!

Sin embargo, el gran compositor no se limitó a escenas folclóricas realistas. Entre los descubrimientos musicales originales de Verdi se encuentran los coros de brujas del primer acto del drama de Shakespeare, que comienzan con un expresivo chillido femenino. Las brujas reunidas cerca del campo de batalla reciente revelan su futuro a los comandantes escoceses Macbeth y Banquo.

Los brillantes colores orquestales representan claramente la burla con la que las sacerdotisas de la oscuridad predicen que Macbeth se convertirá en el rey de Escocia y Banquo se convertirá en el fundador de la dinastía gobernante. Para ambos barones, este desarrollo de los acontecimientos no augura nada bueno, y pronto las predicciones de las brujas comienzan a hacerse realidad...

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Ópera “La Traviata”: coros “Noi siamo zingarelle” y “Di Madrid noi siam mattadori”

La vida bohemia de París está llena de diversión temeraria, que se ensalza repetidamente en las escenas corales. Sin embargo, las palabras del libreto dejan claro que detrás de la falsedad de la mascarada se esconde el dolor de la pérdida y la fugacidad de la felicidad.

En el baile de la cortesana Flora Borvois, que abre la segunda escena del segundo acto, se reunieron "máscaras" despreocupadas: invitados disfrazados de gitanos y matadores, burlándose unos de otros, prediciendo en broma el destino y cantando una canción sobre el valiente torero Piquillo. que mató cinco toros en la plaza por amor a una joven española. Los libertinos parisinos se burlan del verdadero coraje y pronuncian la siguiente frase: “Aquí no hay lugar para el coraje, aquí hay que estar alegre”. El amor, la devoción, la responsabilidad por las acciones han perdido valor en su mundo, sólo el torbellino del entretenimiento les da nuevas fuerzas…

Hablando de La Traviata, no podemos dejar de mencionar la conocida canción de mesa “Libiamo ne' lieti calici”, que interpretan la soprano y el tenor acompañados por el coro. La cortesana Violetta Valerie, enferma de tisis, se conmueve con la apasionada confesión del provinciano Alfred Germont. El dúo, acompañado de invitados, canta sobre la diversión y la juventud del alma, pero las frases sobre la fugacidad del amor suenan como un presagio fatal.

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Ópera “Aida”: coro “Gloria all'Egitto, ad Iside”

El repaso de los coros de las óperas de Verdi finaliza con uno de los fragmentos más famosos jamás escritos en ópera. El solemne homenaje a los guerreros egipcios que regresaron con victoria sobre los etíopes tiene lugar en la segunda escena del segundo acto. Al jubiloso coro inicial, que glorifica a los dioses egipcios y a los valientes vencedores, le sigue un intermezzo de ballet y una marcha triunfal, quizás familiar para todos.

Les sigue uno de los momentos más dramáticos de la ópera, cuando la doncella de la hija del faraón, Aida, reconoce a su padre, el rey etíope Amonasro, entre los cautivos escondidos en el campamento enemigo. La pobre Aida se encontrará con otra sorpresa: el faraón, queriendo recompensar el valor del líder militar egipcio Radamés, el amante secreto de Aida, le ofrece la mano de su hija Amneris.

El entrelazamiento de pasiones y aspiraciones de los personajes principales alcanza su culminación en el conjunto coral final, en el que el pueblo y sacerdotes de Egipto alaban a los dioses, los esclavos y cautivos agradecen al faraón por la vida que les ha dado, Amonasro planea venganza y los amantes lamentar el desagrado divino.

Verdi, como psicólogo sutil, crea en este coro un contraste grandioso entre los estados psicológicos de los héroes y la multitud. Los coros de las óperas de Verdi suelen completar actos en los que el conflicto escénico alcanza su punto más alto.

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