Diez maneras de animar a su hijo a seguir aprendiendo el juego
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Diez maneras de animar a su hijo a seguir aprendiendo el juego

Debemos ser conscientes de que cada alumno tiene un período en el que simplemente no quiere practicar. Esto se aplica a todos, sin excepción, tanto a los que siempre sienten pasión por sus ejercicios como a los que se sentaron con el instrumento sin mucho entusiasmo. Dichos períodos los pasan no solo los niños sino también los ancianos. Puede haber muchas razones para esto, pero la causa más común es la simple fatiga. Si, digamos, un niño durante unos 3 o 4 años hace ejercicio regularmente todos los días durante, digamos, dos horas al día, tiene derecho a sentirse cansado y aburrido con lo que hace todos los días.

Hay que tener en cuenta que ejercicios como escalas, pasajes, estudios o ejercicios no son los más agradables. Siempre es mucho más divertido jugar a lo que ya conocemos y nos gusta que a lo que es nuestro deber y, además, no nos gusta mucho. En tal caso, suele bastar con unos días de descanso para que todo vuelva a su ritmo anterior. Es peor cuando el niño pierde interés en la música misma. Esto puede deberse a que hasta ahora solo practicaba porque mamá o papá quería que su hijo fuera músico, y ahora, cuando creció, se manifestó y nos mostró su opinión. En este caso, el asunto es mucho más difícil de sacar adelante. Nadie puede hacer música de nadie, debe ser resultado del compromiso e interés personal del niño. Tocar un instrumento, en primer lugar, debe traer alegría y placer al niño. Sólo entonces podremos contar con el pleno éxito y cumplimiento de nuestras ambiciones y las de nuestros hijos. Sin embargo, podemos de alguna manera movilizar y animar a nuestros hijos a hacer ejercicio. Ahora discutiremos 10 maneras de hacer que nuestro hijo quiera hacer ejercicio nuevamente.

Diez maneras de animar a su hijo a seguir aprendiendo el juego

1. Cambiar el repertorio A menudo, el desánimo de un niño por el ejercicio se debe al cansancio con el material, por lo que vale la pena diversificarlo y cambiarlo de vez en cuando. A menudo hay que dejar de lado piezas clásicas serias o estudios destinados únicamente a dar forma a la técnica, y proponer algo más ligero y agradable para el oído.

2. Ir a un concierto de un buen pianista Esta es una de las mejores maneras de motivar a su hijo a hacer ejercicio. No solo tiene un efecto positivo en el niño, sino también en los adultos. Escuchar a un buen pianista, observar su técnica e interpretación puede ser un estímulo ideal para una mayor implicación y estimular el deseo del niño por alcanzar el nivel de maestría.

3. Una visita de un amigo del músico en casa Por supuesto, no todos tenemos un buen músico entre sus amigos. Sin embargo, si este es el caso, entonces tenemos suerte y podemos usarlo de manera hábil. Una visita personal de un tipo así, que tocará algo agradable para el niño, mostrará algunos trucos efectivos, puede ayudar mucho a alentarlo a hacer ejercicio.

4. Intentamos ganar algo nosotros mismos Una solución interesante puede ser el método que llamé “el tentador del maestro”. Consiste en el hecho de que nosotros mismos nos sentamos al instrumento y tratamos de tocar con un dedo lo que nuestro hijo puede tocar bien. Eso sí, no nos sale bien porque somos laicos, así que nos equivocamos, añadimos algo de nosotros mismos y por lo general suena fatal. Entonces, por regla general, el 90% de nuestros hijos vendrán corriendo y dirán que no es así, preguntamos, ¿cómo? El niño se siente importante en este punto que el hecho de que pueda ayudarnos y demostrar sus habilidades construye su posición dominante. Nos muestra cómo se debe realizar el ejercicio. En la mayoría de los casos, una vez que se sienta al instrumento, irá con todo su material presente.

Diez maneras de animar a su hijo a seguir aprendiendo el juego

5. Participación activa en la educación de nuestro hijo Debemos participar activamente en su educación. Hable con él sobre el material en el que está trabajando actualmente, pregúntele si ha conocido a un nuevo compositor que aún no ha tocado, qué rango está practicando ahora, etc.

6. Alabe a su hijo No exageramos, por supuesto, pero es importante que apreciemos el esfuerzo de nuestro hijo y lo demostremos adecuadamente. Si nuestro hijo ha estado practicando una pieza determinada durante varias semanas e incluso si todo comienza a sonar a pesar de pequeños errores, alabemos a nuestro hijo. Digámosle que ahora está muy bien con esta pieza. Se sentirán apreciados y los motivará a esforzarse aún más y eliminar posibles errores.

7. Contacto constante con el profesor Esta es una de las cosas más importantes que debemos cuidar como padres. Manténgase en contacto con el maestro de nuestro hijo. Hablarle de las dificultades que tiene nuestro hijo, y en ocasiones sugerirle una idea con un cambio de repertorio.

8. Posibilidad de actuaciones Una gran motivación y, al mismo tiempo, un estímulo estimulante es la perspectiva de actuar en academias escolares, participar en concursos o actuar en un festival, o incluso hacer música en familia, por ejemplo, villancicos. Todo esto hace que cuando un niño quiere dar lo mejor de sí, dedica más tiempo a hacer ejercicio y se implica más.

9. Tocar en una banda Tocar en grupo con otras personas que tocan otros instrumentos es lo más divertido. Por regla general, a los niños les gustan más las actividades en equipo, también conocidas como secciones, que las lecciones individuales. Estar en una banda, pulir y afinar una pieza juntos es mucho más divertido en grupo que solo.

10 Escuchando música Nuestro pequeño artista debe tener una biblioteca debidamente completa con las mejores piezas interpretadas por los mejores pianistas. El contacto constante con la música, incluso escucharla en voz baja mientras se hacen los deberes, afecta al subconsciente.

No existe una manera perfecta y ni siquiera las aparentemente mejores producen el efecto deseado, pero sin duda no debemos desistir, porque si nuestro hijo tiene talento y predisposición para tocar el piano u otro instrumento, no debemos perderlo. Nosotros, como padres, conocemos mejor a nuestros hijos y, en caso de crisis, tratemos de desarrollar nuestras propias formas de alentar al niño a continuar con la educación musical. Hagamos todo lo posible para que el niño se siente en el instrumento con alegría, y si falla, es difícil, al final, no todos tenemos que ser músicos.

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