Jan Krenz |
Compositores

Jan Krenz |

Jan Krenz

Fecha de nacimiento
14.07.1926
Profesión
compositor, director
País
Polonia

Los primeros pasos de Jan Krenz en el campo musical no fueron fáciles: durante los años de la ocupación fascista asistió a un conservatorio secreto organizado en Varsovia por patriotas polacos. Y el debut como director del artista tuvo lugar inmediatamente después de la guerra, en 1946. En ese momento, ya era estudiante en la Escuela Superior de Música de Lodz, donde estudió a la vez en tres especialidades: piano (con 3. Drzewiecki), composición (con K. Sikorsky) y dirección (con 3. Gorzhinsky y K. Wilkomirsky). Hasta el día de hoy, Krenz trabaja activamente como compositor, pero su arte de dirección le dio una gran fama.

En 1948, el joven músico fue nombrado segundo director de la Orquesta Filarmónica de Poznań; al mismo tiempo también trabajó en el teatro de la ópera, donde su primera producción independiente fue la ópera de Mozart El rapto del serrallo. Desde 1950, Krenz ha sido el asistente más cercano del ilustre G. Fitelberg, quien entonces dirigía la Orquesta Sinfónica de la Radio Polaca. Tras la muerte de Fitelberg, que veía a Krenz como su sucesor, el artista de veintisiete años se convirtió en el director artístico y director titular de este grupo, uno de los mejores del país.

Desde entonces, comenzó la activa actividad concertística de Krenz. Junto con la orquesta, el director visitó Yugoslavia, Bélgica, los Países Bajos, Alemania, Inglaterra, Italia, el Medio y Lejano Oriente, la URSS y realizó giras independientes en la mayoría de los demás países europeos. Krenz se ganó la reputación de ser un excelente intérprete de la obra de compositores polacos, incluidos sus contemporáneos. Esto se ve facilitado por su habilidad técnica excepcional y su sentido del estilo. El crítico búlgaro B. Abrashev escribió: “Jan Krenz es uno de los artistas que se dominan a sí mismos y su arte a la perfección. Con una gracia excepcional, talento analítico y cultura, penetra en el tejido de la obra y revela sus rasgos internos y externos. Su capacidad de análisis, su muy desarrollado sentido de la forma y la totalidad, su acentuado sentido del ritmo -siempre distinto y claro, sutilmente matizado y consistentemente ejecutado- todo ello determina un pensamiento claramente constructivo sin exceso de “feeling”. Económico y sobrio, con una emotividad oculta, profundamente interna y no exteriormente ostentosa, dosificando hábilmente las masas sonoras orquestales, culto y autoritario: Jan Krenz dirige la orquesta a la perfección con un gesto seguro, preciso y claro.

L. Grigoriev, J. Platek, 1969

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